Un bailarín sale a escena con la intención de interpretar un solo, pero una pequeña libreta que no consigue abrir altera sus planes. La complicidad del público será fundamental para vencer la resistencia de la libreta y arrancar a bailar un chachachá con toques de danza contemporánea y unas buenas dosis de humor. Una performance fresca y divertida que habla de la memoria física, de la danza del pasado y del presente, de los recuerdos y experiencias que contaminan el movimiento.
La estrecha línea que separa la obsesión por exponernos ante los otros y nuestro anhelo de privacidad, entre lo que se muestra y lo que escondemos, es objeto de análisis en esta pieza breve pero intensa, sutil y, al mismo tiempo, muy física. Billie Jean habla de palabras vacías, de silencios protectores, de máscaras y de verdades ocultas.
Cuerpo, materia, tiempo, espacio y relaciones son los conceptos clave de esta instalación humana: ciento veinte estructuras corporales de las que los intérpretes son a la vez constructores y materiales. Arquitecturas efímeras que parten de un protocolo matemático preciso basado en el azar y las operaciones de simetría, y que son el resultado de los esfuerzos de tracción y compresión de los cuerpos que participan. Un equilibrio coral.
Dos personajes (¿o es uno solo?) se enfrentan en escena, estimulados por los conflictos íntimos que los atormentan: ¿se trata de vivir o de sobrevivir? ¿De aceptar con sumisión las limitaciones impuestas o de rebelarse contra ellas? ¿De dar media vuelta ante los obstáculos o de abatirlos? Liov reflexiona sobre la dualidad subyacente en el ser humano, sobre la represión de las emociones y sobre otras formas de agresión intelectual, emocional o física.
La figura del "guiri", el turista que podemos encontrarnos en el paseo marítimo, vestido con bermudas y sandalias con calcetines y con la cámara colgando del cuello, suele ser el blanco de nuestras burlas. Pero, ¿qué ocurre cuando nosotros somos los "guiris"? ¿Cuando viajamos al extranjero y, sin querer, reproducimos el cliché que tanto nos hace reír? ¿Cómo se refiere a nosotros la gente de los países que visitamos? Son preguntas que plantea esta propuesta, con mucha energía y sentido del humor.
Para su debut en el teatro de calle, la veterana compañía ZUM-ZUM Teatro se ha aliado con Quim Bigas, artista pluridisciplinar, creador de nuevos formatos y lenguajes para la danza; y de esta alianza ha surgido Hippos, un espectáculo familiar que dispara contra las apariencias y los estereotipos que impone la sociedad. Tres hipopótamos bailan, ríen, interaccionan con la gente y la invitan a participar en sus juegos. Más allá, sin embargo, de la diversión, se esconde un mensaje, el del respeto a la diferencia. ¿Los acompañáis?
Y no solo las estaciones de metro, sino también las de tren y autobús y, sobre todo, las plazas vecinas, acogerán una propuesta interactiva de danza que transformará la espera en un espectáculo de altos vuelos. Camut Band, maestros del tap dance, presentan en Esplugues, Sant Cugat y Viladecans Ballant damunt de tambors, una propuesta con cuatro bailarines de claqué y dos percusionistas, con un fin de fiesta que contará con la participación de todos los artistas y que hará bailar a más de un transeúnte.